La técnica Pomodoro me parece una herramienta increíble para mejorar la gestión del tiempo y la productividad. Me gusta la idea de trabajar en bloques de 25 minutos porque ayuda a mantener la concentración sin sentir que las tareas son abrumadoras. Además, el hecho de tachar tareas completadas genera una sensación de logro que motiva a seguir avanzando.
Creo que empezar por las tareas más complejas, cuando la mente está más fresca, es clave para aprovechar al máximo esta técnica. También valoro mucho los descansos programados, ya que permiten recargar energías y evitar el agotamiento.
Voy a incorporar esta metodología en mi rutina diaria para organizar mejor mi tiempo y estimar con mayor precisión cuánto me llevará completar cada tarea.
