Cuando te enfocas en mantener un buen estado físico y mental, creas una base sólida para gestionar las demás áreas de tu vida. Estar saludable te da la energía y claridad necesarias para abordar tu vida espiritual, emocional y financiera de manera efectiva. Esto también te ayuda a tomar decisiones más claras y a mantener un equilibrio que te permitirá ser más productivo y estar más en control de tu vida.