En mi curso pasado lleve una sección de habilidades para la vida y el trabajo dónde llegamos a tocar varios puntos similares de este modulo.
Reflexión final:
Me yudó a mirar mi desarrollo profesional desde una nueva perspectiva. Entendí que no necesito elegir una sola etiqueta, sino construir un camino con mis talentos, intereses y habilidades. El Ikigai me permitió ver que mi propósito puede estar en la intersección entre lo creativo, lo técnico y lo humano.
Aprendí que el aprendizaje no es un destino, sino una actitud. Y que el cambio no debe dar miedo, sino motivarnos a crecer. Hoy más que nunca, aprender a adaptarnos y a comunicar bien nuestras ideas es tan importante como cualquier conocimiento técnico.