Priorizo mis tareas: Desde hace ya varios meses siempre he tratado de clasificar mis tareas por grados de relevancia, por ejemplo; Urgente, Importante y Prioritario. Si tengo que hacer una actividad o tarea para el dia de hoy, lo considero como algo urgente ya que es algo que debí haber hecho o que fue de urgencia haberlo dejado ese mismo dia. Mayormente mis demas tareas llegan a ser importantes, ya que tienen un plazo para completarse, y por ello debo de tomar el tiempo necesario para realizarlo. Lo que es prioritario, yo mismo le doy un valor o grado ajeno al urgente y al importante, son aquellos que considero que puedo dejar pasar y sé que no habria problema de retomarlo despues.
Utilizar herramientas de organización: Utilizo la apliación de Google Tasks para crear listas de tareas y organizarlas por proyectos, fechas de entrega o prioridades. Estas herramientas también me permiten establecer recordatorios y colaborar con otros miembros de tu equipo si es necesario.
Creo una lista diaria de tareas: Cada día, elijo las tareas dependiedo del grado de relevancia que debo completar y las anoto en una lista diaria de tareas. De esta forma, tendré una idea clara de lo que debo hacer y me mantendré enfocado en completar esas tareas.
Dividir las tareas en pequeñas sub-tareas: Si una tarea parece demasiado grande o abrumadora, la divido en tareas más pequeñas y manejables. Esto me ayuda a avanzar gradualmente en la tarea y a mantenerme motivado.
Revisar y actualizar mi lista de tareas regularmente: Revisar mi lista de tareas con regularidad para asegurarme de alguna forma de que estoy en el buen camino y actualizarla con cualquier nueva tarea que surja.