La investigación sugiere que formar un hábito puede tomar, en promedio, alrededor de 21 a 66 días, dependiendo de la complejidad de la tarea y la personalidad individual. Es durante este período de repetición y consistencia que nuestro cerebro asimila la actividad como algo automático.
Sin embargo, es importante resaltar que cada persona tiene un proceso de autonomía para asimilar las actividades como hábitos que puede tomar de forma vitalicia o durante un periodo en el que requiera desarrollar ciertas habilidades.