Aprendí que la falta de fe en mí mismo puede llevarme al fracaso, ya que activa un proceso de auto-sabotaje. También comprendí que el miedo al fracaso crece cuando estoy convencido de que voy a fallar, lo que genera ansiedad y afecta mi rendimiento. Me di cuenta de que esperar demasiado a sentirme inspirado puede ser solo una forma de postergar y evitar actuar. Además, entendí que mi fuerza de voluntad tiende a debilitarse con el paso del día, especialmente cuando estoy cansado. Por último, aprendí que el estrés me hace enfocarme en lo inmediato, mientras que el autocontrol me permite mantener una visión más amplia y enfocada en el largo plazo.