Para crear un Mindset de Crecimiento y reforzar esta mentalidad, es clave cambiar la forma en que interpretamos los desafíos y el fracaso. Dos posibilidades que son fundamentales para lograrlo son: ver el fracaso como una oportunidad de aprendizaje y reconocer y valorar el esfuerzo por encima del resultado.
Ver el fracaso como una oportunidad de aprendizaje
En lugar de ver los errores como una señal de incompetencia, un mindset de crecimiento los ve como una información valiosa que nos muestra exactamente qué necesitamos mejorar. El fracaso no es el final, sino una parte esencial del proceso de aprendizaje.
Puesta en práctica en mi día a día:
Cuando me enfrente a una situación en la que no salgan las cosas como espero, en vez de sentirme desmotivado, me detendré y me haré la pregunta: "¿Qué puedo aprender de esto?" Por ejemplo, si una presentación no salió bien, no me diré "soy malo para hablar en público". En cambio, analizaré lo que no funcionó (¿Faltó preparación? ¿El mensaje no fue claro?) y usaré ese conocimiento para prepararme mejor la próxima vez.Reconocer y valorar el esfuerzo
Una mentalidad de crecimiento entiende que el éxito no se basa únicamente en el talento innato, sino en la dedicación y el trabajo duro. Al enfocarnos en el esfuerzo, desarrollamos la disciplina y la perseverancia, que son habilidades cruciales para superar cualquier obstáculo.
Puesta en práctica en mi día a día:
Cambiaré mi diálogo interno. En lugar de solo celebrar un buen resultado, celebraré el esfuerzo que me llevó a conseguirlo. Por ejemplo, en lugar de solo decirme "¡Logré el objetivo!", me diré "¡El esfuerzo que puse en practicar y prepararme valió la pena!" Esto me ayudará a recordar que el camino es tan importante como la meta, y a mantenerme motivado incluso cuando los resultados no son inmediatos.